sábado, 11 de junio de 2016

¿ES O NO DE "NICEFORO" LA 'N' DE LEANDRO N. ALEM?

De unos años a esta parte hemos comenzado a escuchar o leer que algunos colegas periodistas -aunque algunos ni una cosa ni la otra- para referirse a Leandro N. Alem (el equipo de General Rodríguez que milita en 'Primera D') lo hacen mencionándolo como Leandro Nicéforo Alem, cosa que en épocas pasadas no ocurría.
Tradicionalmente en el medio futbolístico fue "Leandro N. Alem", a secas, al igual que se denomina la importante Avenida que surca el Bajo porteño, la Plaza ubicada en Villa Pueyrredón, el monumento emplazado en Retiro y tantos otros sitios de todo el país que recuerdan al abogado y político argentino fundador de la Unión Cívica Radical.
Desde que comencé a escuchar o leer lo de "Nicéforo" como perteneciente a la "N" de don Leandro Alem siempre me quedó la duda al respecto. Para disiparla -ya que aquí de fútbol nos ocupamos- traté de averiguar sobre el tema para saber si a la entidad que milita en nuestro Ascenso la nombrábamos correcta o incorrectamente.
Urgando en bibliografía a tal efecto, he recalado en una publicacion de la 'Asociación de Abogados Previsionalistas' que lleva el Nº 30 y corresponde al período Abril-Septiembre del año 2006 y que en un artículo, a modo de cuento, y bajo el título LA "N" DE ALEM, expresa:

"El doctor Leandro Alem nació en la ciudad de Buenos Aires el 11 de marzo de 1842, siendo su padre un oficial de Rosas del mismo nombre y su madre doña Tomasa Ponce. Su progenitor perteneció a la famosa sociedad restauradora y después de Caseros fue fusilado en 1853, acusado de delitos comunes en su calidad de ser uno de los jefes de la tristemente célebre Mazorca. Huérfano a los 11 años esa pesadumbre lo acompañó toda la vida. Alem creció en la hostilidad de Buenos Aires hacia su estirpe rosista, perseguido por un epíteto infamante "el hijo del ahorcado".
Sin embargo, pelea en Pavón por Buenos Aires, y asiste a la muerte de Dominguito Sarmiento en los esteros paraguayos. Busca un camino en el seno del populismo alsinista pero sólo lo encuentra en una encrucijada: la revolución del Parque, en 1890.
Esa reacción contra el últimociclo del roquismo abre la senda a una nueva expresión política: la Unión Cívica Radical, que funde la representación de las clases populares urbanas con la inmigración. Luego vendrá la larga travesía por el desierto de la proscripción y el ciclo incierto en que el nuevo movimiento oscila entre la integración en el régimen -por la cual optan algunos amigos como Bernardo de Irigoyen o Aristóbulo del Valle- o la intransigencia total y con frecuencia, la opción por las armas, que llevará a Alem de derrota en derrota hasta que, tras su muerte, sea Hipólito Irigoyen, su sobrino amado/odiado, quien consiga incorporar el nuevo partido al marco institucional.
Este célebre revolucionario firmaba Leandro N. Alem. Para todos se ha generalizado la opinión que su nombre era Leandro Nicéforo. Una vez alguien le preguntó que significaba la inicial y el tuvo una respuesta que dejó a todos aún más intrigados que antes:
- Desde chico -le dijo- he creído que no sería nada ni nadie, por eso le agregué una N a mi nombre. Una N de nada y de nadie.
La partida de bautismo se encuentra en la Parroquia de Balvanera y en ella figura únicamente Leandro como nombre y así fue bautizado. Una avenida importante de Buenos Aires tiene estampada la famosa inicial.
La muerte de Leandro N. Alem
El 1º de julio de 1896, decepcionado por los fracasos revolucionarios y por motivos tal vez más íntimos, se suicidó Leandro N. Alem. En una carta dejada a sus correligionarios manifestaba la necesidad de continuar en la actitud intransigente: "Que rompa pero que no se doble". La política antiacuerdista frente al "Régimen" fue liderada desde entonces por su sobrino Hipólito Irigoyen.
La noche del 1º de julio de 1896, salió de su casa en la calle Andes y subió a un carruaje, ordenando al cochero: "Al Club del Progreso". Toda la novela biográfica de Pedro Orgambide cabe en los minutos que ese coche emplea para llegar al  refugio de los hombres que se reparten el poder, masones y burgueses que estaban construyendo la Argentina moderna. Pero el viajero nunca llegó a destino. Mejor dicho, llegó a otro destino (final), porque cuando el cochero lo dejó en Perú y Victoria, el pasajero de la triste figura, el creador de un partido "radical" (radical porque cuestionaba un pilar de ese país: la inaccesibilidad al poder de todo elemento extraño), el caudillo de Balvanera, el profeta del país postergado, amasado con el barro de inmigrantes y pobres, ese hombre, Leandro N. Alem, se había pegado un tiro.".

Ante estas evidencias y las de algunas otras fuentes consultadas, considero que a los 'Lecheros' de General Rodríguez debemos llamarlos Leandro N. Alem, sin el agregado de 'Nicéforo'.

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