sábado, 15 de junio de 2019

UNO AL HOSPITAL, EL OTRO A LA COMISARIA

ANECDOTARIO


El 27 de marzo de 2010, por la 35ª Fecha del Campeonato de 'Primera C', se enfrentaron General Lamadrid y Luján.
El resultado -que en definitiva fue lo de menos- favoreció al 'Carcelero' quien -con tantos de Cano Rolero y Matías Giménez- derrotó 2 a 1 a Luján (gol de Barbará).
El árbitro del encuentro fue Antonio Amato y sus jueces de línea, Gastón Fernández Landa y Daniel Rebuscini. Fueron ellos precisamente quienes protagonizaron el espectáculo y el bochorno en la tarde de Villa Devoto.
Según trascendió por algunas personas que se encontraban en las inmediaciones de los camarines, todo comenzó unos minutos antes del inicio del partido cuando el hombre del SADRA, Gastón Fernández Landa (que llegó con retraso al estadio), deambulaba por los pasillos de los vestuarios hablando por su celular y expresándole a su interlocutor -palabras más, palabras menos- que él no está para dirigír en esta clase de partidos, que está para cosas mayores.
Evidentemente, en los estrechos pasillos de los vestuarios de Lama, la conversación de Fernández Landa fue "captada" por los hombres de la AAA, Amato y Rebuscini, y cuando el quejoso ingresó al camarín arbitral fue increpado por el árbitro Amato quien le espetó que él (Fernández Landa) debe acatar las órdenes que se le imparten y que además se deben poner de acuerdo los tres para llegar juntos a la cancha.
Lejos de suavizar la cosa el fastidiado juez de línea le retrucó a Amato que a él nadie debe indicarle lo que tiene que hacer.
Como llegó la hora del inicio, se interrumpió el altercado y salieron los tres al campo de juego (seguramente con un ánimo exaltado y no apto para controlar un partido) dejando para otra oportunidad la discusión que habían iniciado.
La oportunidad llegó apenas producido el final de la primera parte del cotejo.
Ni bien traspasaron la puerta de su vestuario -como para reanudar el "diálogo"- Fernández Landa le gritó a Amato (en evidente alusión a los árbitros de la AAA) algo así como "voy a hacer lo imposible para que a Uds. los echen a la mierda, hijos de puta, y sobre a vos que sos un coimero" a la vez que revoleaba una silla sobre la humanidad del árbitro. Los golpes, ruidos y gritos que siguieron ese exabrupto hicieron que todo el mundo acudiera a la puerta del vestuario de los árbitros mientras las puteadas y los sonidos no habituales continuaban.
Al abrirse la puerta, la cara de Fernández Landa mostraba los efectos de la golpiza que había recibido, con una herida sangrante en su cara  y -como dice el tango- "una ambulancia tranquilamente se lo llevó" (al Hospital Zubizarreta).
El Segundo Tiempo se jugó con un sólo Juez de Línea (Rebuscini) que marcaba el ataque de Luján , mientras Amato, a ojo, calculaba las pelotas que salían del rectángulo y los fuera de juego del conjunto local.
Antes de ser trasladado al hospital, el agredido señaló a Rebuscini como autor de las heridas recibidas a quien, al final del partido, la policía procedió a detenerlo y en un patrullero -junto a Amato- partieron hacia la Comisaría 45ª de la Policía Federal, en la calle José Cubas al 4100 de la Capital Federal.
Una verdadera vergüenza la vivida en Villa Devoto, lugar que pareciera más que indicado para ir en cana.

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