ANGEL EDUARDO DEL MORO

EL RECUERDO DE UN GOLEADOR

Al pasar revista de los grandes goleadores del Fútbol de Ascenso, no puede faltar un lugar para recordar la capacidad goleadora de Angel Eduardo Del Moro, a quien fundamentalmente lo recordamos en sus pasos por Los Andes y por Quilmes. 
Del Moro se inició en Defensores de Cambaceres allá por 1951, pasando luego a Gimnasia y Esgrima La Plata donde llegó a jugar algún partido en Primera División en 1954. 
Al inicio de la temporada siguiente se incorporó a Los Andes –por ese entonces militando en ‘Primera División Amateur’ (actual ‘Primera C’) debutando en la 2ª Fecha de ese campeonato cuando, el 21 de mayo de 1955, el conjunto de Lomas de Zamora caía goleado por Justo José de Urquiza por 5 a 1 en su desaparecida cancha de la calle Kelsey 55, en Caseros. Vistiendo la camiseta ‘Milrayitas’ convirtió 62 goles en las temporadas 1955, 1956 y 1957 siendo ésta en la que Los Andes obtiene el campeonato y el ascenso a ‘Primera B’. 
Su primer gol en la ‘B’ lo marca el 29 de mayo de 1958 en Lomas de Zamora al jugarse la 2ª Fecha del torneo, en la oportunidad que Los Andes derrotaba 3 a 2 a San Telmo. Del Moro ese año volvió a coronarse goleador del conjunto de Lomas habiendo señalando 21 tantos. Durante 1959 también defendió la ‘Milrayitas’ pero a fin de ese año Quilmes se interesó por sus servicios y a partir de 1960 jugó en el ‘Cervecero’. 

El 23 de abril de 1960 por la 6ª Fecha del Campeonato de ‘Primera B’ convierte sus 2 primeros goles en Quilmes cuando el ‘Cervecero’, en su desaparecida cancha de Guido y Sarmiento, goleó a El Porvenír por 4 a 1. Ese fue el inicio de una larga cadena de conversiones en ese club, habiendo tenido la posibilidad de ascender con Quilmes a ‘Primera División’ en 1961 y de jugar en el círculo pivilegiado hasta 1963. En su período en Quilmes -con cuya camiseta lo observamos en la imágen que ilustra esta nota- convirtió 27 goles. 
Ya 1964 lo encontró vistiendo la casaca de Danubio de Montevideo, habiendo tenido luego un fugáz paso por Peñarol (también en Uruguay), retirándose del fútbol en 1966. 
En su carrera convirtió más de 130 goles y por ello es imposible dejar de recordarlo como un gran goleador del ascenso, que siempre resultó una pesadilla para los defensores rivales.