En la última jornada del Campeonato de ‘Primera C’ ocurrió un acontecimiento insólito, como lo fue que una hinchada haya sumado al festejo por la obtención del título al árbitro del partido y lo llevaran en andas por el campo de juego.
El hecho tuvo lugar en el Barrio Tablada de Rosario, es decír en la cancha de Central Córdoba.
Los ‘Charrúas’ habían descendido a la ‘C’ en 1967 a través de un Torneo Promocional y luego de 6 años les tocó el turno de volver a ‘Primera B’.
La punta de la Tabla fue muy disputada por varios equipos con buenas actuaciones, pero en el tramo final, los rosarinos y Dock Sud se posicionaron como serios candidatos.
Ambos ascendieron a la ‘B’. Central Córdoba –como campeón- con 61 puntos y el ‘Docke’ con 60, como subcampeón.
El tercero en discordia fue Excursionistas que quedó 3º, precisamente, con 55 unidades y cerró las posiciones Justo José de Urquiza con apenas 10, en un año en el que no hubo descensos.
De los 38 cotejos que disputó Central Córdoba, ganó 26, empató 9, perdió 3, convirtió 91 tantos y le marcaron 36.
Contaba con un excelente plantel integrado, entre otros, por Di Benedetto, Alcorcel, May, Piombino, Mainonis, Casinerio, Fachetti, Ampoli, Sullivan, Severini, Pappalardo, Rivero, Forgués y el "fenómeno", Tomás Felipe Carlovich. El Director Técnico era César Castagno.
En el transcurso del torneo, consiguió varias goleadas, que fueron las siguientes:
- Fecha 1: 3 - 0 a Liniers (L);
- Fecha 6: 6 - 1 a Excursionistas (L);
- Fecha 12: 4 - 1 a El Porvenír (L);
- Fecha 14: 6 - 0 a Colegiales (L);
- Fecha: 15: 3 - 0 a Fénix (V);
- Fecha 17: 3 - 0 a Justo José de Urquiza (V);
- Fecha 19: 3 - 0 a Argentino de Quilmes (V);
- Fecha 24: 3 - 0 a Central Argentino (L);
- Fecha 27: 4 - 1 a Sarmiento (V) y
- Fecha 36: 6 - 0 a Justo José de Urquiza (L).
El 8 de diciembre, por la última jornada (la 38ª), luego del susto inicial, cuando a los 44' de la primera parte Luis Armani puso el 1 a 0 para Argentino de Quilmes, se pudo recomponer y obtener el título.
Más allá que el ascenso estaba asegurado aún perdiendo, los hinchas querían el campeonato. Llegó el empate a los 28' de la segunda mitad, por intermedio de Mainonis y cuando a los 40' el mismo jugador marcó el segundo, explotó el estadio.
En las tribunas los simpatizantes deliraban, no pudieron aguantarse para festejar y a los 42’ llegó la invasión del campo de juego.
La muchedumbre en su algarabía –tal como se observa en la imagen con que ilustro esta publicación- subió en andas a Juan Rolando, el árbitro del encuentro, paseandolo por el terreno de juego al grito de ¡dale campeón!.
Lógicamente los tres minutos que faltaban disputar quedaron en el olvido, no sólo esa tarde, sino que posteriormente la Asociación del Fútbol Argentino dio por finalizado el cotejo manteniendo el resultado a favor del local.
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